El ruido no es solo una molestia urbana; es una amenaza silenciosa que impacta profundamente nuestra salud física, emocional y cognitiva. En República Dominicana, donde el ritmo de la ciudad y la vida moderna se entrelazan, es crucial reconocer cómo el ruido afecta nuestro bienestar y tomar acción desde el plano de la salud pública.
El ruido impacta mucho más que nuestros oídos
1. Salud auditiva: una pérdida irreversible
La Organización Mundial de la Salud ha identificado que la exposición prolongada a ruido intenso puede provocar pérdida auditiva permanente. Los niveles superiores a 85 dB son especialmente dañinos y comunes en entornos urbanos, conciertos o habitual uso de auriculares a alto volumen.
2. Sueño perturbado, mente cansada
El ruido nocturno —por encima de 45 dB— deteriora la calidad del sueño, fragmentándolo y reduciendo su profundidad. Esto genera fatiga, irritabilidad, baja concentración y menor rendimiento durante el día.
3. Estrés crónico y salud mental
La exposición constante al ruido activa respuestas fisiológicas de estrés: aumenta el cortisol, acelera el pulso y contribuye a la ansiedad, irritabilidad y depresión.
4. Riesgos cardiovasculares
Diversos estudios han logrado establecer una fuerte relación entre el ruido urbano y un mayor riesgo de hipertensión, infartos y otras enfermedades cardíacas, debido al estrés sostenido que provoca en el cuerpo.
5. Déficits cognitivos en niños
En entornos escolares o familiares, el ruido dificulta la atención y la capacidad de aprendizaje. En etapas tempranas, esto puede interferir con el desarrollo del lenguaje y las habilidades cognitivas.
¿Por qué es relevante esto para República Dominicana y qué hacer?
Problema | Impacto |
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Normativa insuficiente de decibeles | En RD, los niveles permitidos varían entre 50–60 dB según zona y horario, parámetros que muchas veces se superan con facilidad |
Falta de conciencia pública | El ruido no es percibido como un problema sanitario, aunque esté demostrado que afecta el bienestar general |
Ausencia de políticas integrales | No contamos con mapas de ruido urbano ni con campañas educativas sistemáticas como en ciudades europeas |
Estrategias sugeridas desde salud pública:
- Educación ciudadana sobre los riesgos del ruido y consejos prácticos (uso de auriculares, evitar altavoces en espacios públicos, etc.).
- Planes urbanos de mitigación: instalación de vegetación aislante, pavimentos fonoabsorbentes, zonas silenciosas en escuelas u hospitales.
- Monitoreo activo de ruido en áreas sensibles, coordinado entre salud, medio ambiente y transporte.
- Políticas públicas integradas, conformadas por salud, urbanismo y medio ambiente, para fortalecer normativas y controles.
El ruido es un problema de salud pública creciente y silencioso, pero tenemos el poder de cambiar este escenario. Al reconocer sus efectos y promover entornos más tranquilos —desde lo personal hasta lo institucional— podemos salvaguardar nuestra salud, bienestar y calidad de vida.
Porque en VivaSalud República Dominicana creemos que cuidar el silencio es cuidar de ti.