En República Dominicana, dormir mal se ha vuelto casi una costumbre normalizada. “Duermo poco, pero me acostumbro”, “con café se resuelve” o “cuando tenga tiempo descanso” son frases frecuentes en nuestra vida diaria. Entre el trabajo, el tránsito, las preocupaciones económicas, el uso excesivo del celular y las responsabilidades familiares, el sueño suele quedar relegado a un segundo plano. Sin embargo, dormir bien no es un lujo ni una pérdida de tiempo: es una necesidad biológica fundamental para la salud física, mental y emocional.
La pregunta clave no es solo cuántas horas dormimos, sino qué tan bien descansamos realmente.
Dormir no es lo mismo que descansar
Muchas personas creen que, con solo acostarse ocho horas, ya están descansando. La realidad es que el descanso efectivo depende de la calidad del sueño, no solo de su duración. Puedes pasar muchas horas en la cama y aun así despertar cansado, irritable o sin energía.
Un sueño reparador permite que el cuerpo:
- Regule las hormonas
- Fortalezca el sistema inmunológico
- Consolide la memoria
- Repare tejidos
- Mantenga el equilibrio emocional
Cuando el sueño es deficiente, aparecen problemas como fatiga crónica, aumento de peso, ansiedad, depresión, hipertensión y dificultades de concentración, situaciones cada vez más comunes en la población dominicana y latinoamericana.
¿Por qué dormimos tan mal?
En nuestro contexto caribeño y urbano, existen múltiples factores que afectan el descanso:
- Estrés económico y laboral, muy presente en hogares dominicanos.
- Uso excesivo del celular antes de dormir.
- Consumo nocturno de café, refrescos o bebidas energéticas, culturalmente aceptado.
- Cenas pesadas y tardías, especialmente en reuniones familiares.
- Ruido ambiental, tráfico y música a altas horas.
- Horarios irregulares de sueño, incluso los fines de semana.
Todo esto altera el ritmo natural del cuerpo, conocido como ritmo circadiano, encargado de decirnos cuándo dormir y cuándo despertar.
Claves prácticas para dormir bien y descansar de verdad
Dormir mejor no requiere soluciones mágicas ni medicamentos en la mayoría de los casos. Requiere hábitos consistentes y conciencia del propio cuerpo.
1. Establece un horario de sueño (incluso los fines de semana)
Acostarte y levantarte a la misma hora ayuda a que tu cuerpo reconozca cuándo debe descansar. Dormir hasta tarde los fines de semana puede parecer un premio, pero en realidad desajusta el reloj interno y dificulta el descanso los días siguientes.
2. Cuida lo que comes y bebes en la noche
En la cultura dominicana, la cena suele ser abundante. Sin embargo:
- Evita comidas muy grasosas o pesadas antes de dormir.
- Reduce el consumo de café, té negro, refrescos y chocolate después de las 5 o 6 de la tarde.
- Opta por cenas ligeras y balanceadas.
El estómago también necesita descansar.
3. Apaga las pantallas antes de dormir
El celular, la televisión y la tablet emiten luz azul, que bloquea la producción de melatonina, la hormona del sueño. Revisar redes sociales antes de dormir mantiene el cerebro en estado de alerta.
Idealmente, desconéctate al menos 30 a 60 minutos antes de acostarte. Leer un libro, escuchar música suave o practicar respiración profunda son mejores aliados.
4. Convierte tu habitación en un espacio de descanso
Tu dormitorio debe asociarse con dormir, no con estrés:
- Mantén la habitación oscura y ventilada.
- Reduce ruidos externos en lo posible.
- Evita trabajar o discutir temas estresantes en la cama.
- Usa el colchón solo para dormir o intimidad.
Este condicionamiento ayuda al cerebro a “desconectarse” más rápido.
5. Maneja el estrés antes de acostarte
Ir a la cama con la mente llena de preocupaciones es una de las principales causas de insomnio. Algunas estrategias útiles:
- Escribir lo que te preocupa antes de dormir.
- Practicar respiración consciente o oración, muy valorada en la cultura dominicana.
- Agradecer tres cosas del día, por simples que sean.
La paz mental es clave para un descanso profundo.
6. Muévete durante el día
La actividad física regular mejora la calidad del sueño. Caminar, bailar, entrenar o simplemente mantenerse activo ayuda al cuerpo a liberar tensión acumulada. Eso sí, evita ejercicios intensos justo antes de dormir.
Dormir mal también es un problema de salud pública
La falta de sueño no solo afecta al individuo; impacta la productividad, las relaciones familiares, la seguridad vial y la salud colectiva. Dormir mal aumenta el riesgo de accidentes, errores laborales y conflictos emocionales.
En una sociedad que valora el “estar siempre ocupado”, descansar bien es un acto de autocuidado y responsabilidad.
En un país donde se trabaja duro y se vive con intensidad, vale la pena preguntarnos:
¿Estamos sacrificando el sueño para “rendir más”, cuando en realidad dormir mejor podría hacernos vivir mejor?
Dormir bien no es perder tiempo; es ganar salud, claridad mental y calidad de vida. Y quizás, empezar a descansar mejor sea uno de los cambios más simples y poderosos que podemos hacer por nuestro bienestar.
Comparte tus comentarios y reflexiones en nuestras redes sociales @vivasaludrd
Viva Salud República Dominicana
Tu revista digital de bienestar, salud y prevención







